Iceland Symphony OrchestraEVA OLLIKAINENAnna ThorvaldsdottirARCHORA / AIŌNSono LuminosGrabado en octubre de 2022 en Harpa Concert Hall, Reykjavík, Islandia |
Joseba Lopezortega / La música de Anna Thorvaldsdottir, con sus atmósferas resonantes y sus texturas densas y abstractas, parece evocar una Islandia vasta y misteriosa, una realidad en constante transformación por la acción de fuerzas colosales, en la que habitan sonidos creadores primigenios. Es música extremadamente abierta: nacida en 1977, Thorvaldsdottir posee un lenguaje musical que se aleja de las convenciones y desdeña la descriptividad, adentrándose en un espacio donde el sonido y la emoción se entrelazan, franqueando al oyente el acceso a una exploración y experimentación profundas, radicalmente asentadas en la fuerza del sonido. Este enfoque, intensamente emocional e impregnado de cierta vocación visual, es también un reflejo de un territorio donde lo antiguo y lo moderno, la quietud y la tormenta, coexisten.
Thorvaldsdottir es muy respetuosa y sincera en su enfoque: no pretende describir lo indescriptible, sino ofrecer un material con el que el oyente debe trabajar de forma activa y no condicionada. Su música no es tanto una expedición de exploración como un descubrimiento. Thorvaldsdottir moldea el tiempo y el espacio de tal manera que parece suspender al oyente en un flujo constante de sonido en transformación que carece de asideros. Cada nota y pausa es una oportunidad para la introspección que nos ayuda a avanzar hacia lugares indefinidos: cada oyente al suyo, a donde quiera que llegue. La maestría de Thorvaldsdottir se extiende al uso de una amplia gama de técnicas instrumentales que tejen capas de sonido orgánicas y vivas, pero también trazan un relato de lo inerte, desde profundas resonancias telúricas hasta destellos de una luminosidad hiriente. Construye tanto la intimidad como la expansión, explorando paisajes sonoros inéditos que crean y revelan sensaciones y significados de asombrosa autonomía creativa. Deudora de la herencia cultural de Islandia, su música ofrece una experiencia inmersiva que perfila y distingue a la autora dentro del repertorio clásico contemporáneo. Estas obras subrayan la importancia de mantener viva la forma orquestal y ofrecen una perspectiva alentadora de la evolución constante del arte musical, que, lamentablemente, parece ser ignorada por algunos responsables de programación sinfónica. En España, salvo error, solo se han programado algunas de sus creaciones de cámara. Su proyección y reconocimiento internacional se basan en colaboraciones frecuentes y fructíferas con orquestas importantes. En esta grabación de Sono Luminus, el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Islandia y la directora Eva Ollikainen es sobresaliente, no solo por la calidad musical sino también por la excelencia en la producción y el sonido. |