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La formación bilbaína Soinuaren Bidaia, liderada por el trombonista Alberto Urretxo, ofrece una sugerente propuesta musical que fusiona la música clásica y la danza vasca. La cita tendrá lugar el próximo 20 de julio, a las 20 horas en el Palacio Euskalduna, en el marco del festival Aurrera Fest. Para llevar a cabo el proyecto Soinuaren Bidaia Dantzan, los integrantes de Soinuaren Bidaia estarán acompañados por los dantzaris Nagore de las Cuevas y Arkaitz Pascuas.
El ensemble Soinuaren Bidaia vuelve a los escenarios por primera vez tras el paréntesis cultural ocasionado por la crisis del covid-19. Alberto Urretxo, responsable artístico del grupo: “Entendemos que una sociedad con cultura y educada en valores, con manifestaciones artísticas de calidad, ayuda al desarrollo del pensamiento crítico. Vemos la necesidad de activarnos, de expresarnos y de poner nuestro granito de arena en este sentido. Los teatros, auditorios y espacios creados para la cultura son seguros, si se respetan las medidas de seguridad . Trabajamos para llegar a la gente ofreciendo una visión de la vida diferente, honesta y generosa¨.
Soinuaren Bidaia, una visión particular de la música de cámara
Con dos trabajos discográficos en su haber, Soinuaren Bidaia comenzó su andadura musical en el año 2015. El ensemble está formado por los violinistas Laura Delgado (BOS) e Iñigo Grimal (BOS), Adriana Grigoras (BOS) a la viola, Javier Martínez (ONE) con el violonchelo, Amaia Zipitria al piano (Musikene), los dantzaris Arkaitz Pascuas y Nagore de las Cuevas profesores en las escuelas de danza Andoni Aresti y de Mungia), el txistulari Garikoitz Mendizábal (Bilbao Musika) y Alberto Urretxo (BOS) con el trombón.
Alberto Urretxo resume así la propuesta: “La música está en constante evolución y Soinuaren Bidaia también. Por eso, partiendo de nuestro primer proyecto hemos desarrollado Soinuaren Bidaia Dantzan, un viaje a través de las emociones expresadas por los sonidos del trombón, txistu, cuarteto de cuerdas y el arte de la danza. “Soinuaren Bidaia Dantzan” mantiene el dinamismo durante el espectáculo, alternando fragmentos musicales combinados con las emociones y movimientos sincronizados de los dantzaris”.
