ABAO viste de gala la zarzuela
Bilbao, 20/04/2024. Euskalduna Jauregia. ABAO Bilbao Opera – Recital Comedia lírica de ópera y zarzuela. Graciela Moncloa, soprano; Juan Jesús Rodríguez, barítono; Manuel Burgueras, piano; Maite Marín, dramaturgia, narración y dirección de escena. Obras de R. Leoncavallo, G. Puccini, G. Verdi, J. Turina, J. Serrano, F. Moreno Torroba, R. Chapí y P. Sorozábal.
Nora Franco Madariaga/
Que ABAO Bilbao Opera, una entidad que vive por y para el género operístico, ofrezca en su recital toda una segunda parte dedicada a la zarzuela, es un hecho sorprendente pero extremadamente satisfactorio, especialmente para la que escribe.
Evidentemente, no hemos venido a hablar de mí, pero es cierto que tengo especial cariño por la zarzuela, que tiene un peso notable en mi trayectoria musical, por lo que, tanto el recital en sí mismo como estar escribiendo estas líneas, me están suponiendo unos momentos que, utilizando una conocida frase, «me llenan de orgullo y satisfacción». Dicho esto, les debo toda la objetividad que una crítica subjetiva puede tener y que ustedes merecen.
La velada comenzó con una pequeña introducción teatralizada por parte de Maite Marín, que posteriormente sirvió como hilo conductor para el resto del concierto y que enredó en esta suerte de comedia tanto a intérpretes como a público. Estas intervenciones entre las piezas resultaron del todo innecesarias, pero lo suficientemente frescas como para despertar la risa de los asistentes en numerosas ocasiones, así que, vista la buena acogida, se pueden considerar exitosas.
Musicalmente, la primera parte, centrada en la ópera, ofreció conocidas piezas del repertorio italiano. El onubense Juan Jesús Rodríguez rompió el hielo con el aria “Si può?” de Pagliacci de Leoncavallo y más tarde interpretó con maestría “Io morrò, ma lieto en core” de Don Carlo de Verdi, demostrando una vez más por qué es uno de los mejores barítonos del momento, con esa potente voz cautivadora de color cálido y oscuro, excelente en el registro agudo, homogénea y timbrada. La soprano Graciela Moncloa se presentó al público de ABAO con dos arias de Puccini: “O mio babbino caro” de Gianni Schicchi, que no por archiconocido perdió una pizca de emoción o encanto, y “Sola, perduta, abbandonata” de Manon Lescaut, luciendo una voz firme, amplia y bien construida, coloreada con brillo, redondez y elegancia. Terminaron la parte operística con el dúo de Nabucco de Verdi “Donna chi sei. Deh, perdona”, donde se pudo apreciar el buen entendimiento entre ambos cantantes, además de un fabuloso despliegue vocal.
Como punto de articulación entre ópera y zarzuela, Manuel Burgueras interpretó al piano una pequeña pieza de Turina, donde pudo mostrar la nobleza de su sonido más allá de su buen hacer como acompañante, de indiscutible oficio, que sabe dar espacio a los cantantes sin abandonarlos.
En la segunda parte Graciela Moncloa cantó la romanza de Los claveles de Serrano “Qué te importa que no venga” con tal soltura y emoción que quedó patente su especial afinidad con el mundo de la zarzuela, donde su amplio registro, principalmente el centro grave, parece especialmente indicado –no olvidemos que viene de una familia, la Moncloa/Font/Marco, tan vinculada con este género que diríase que lo llevan en los genes–. También Rodríguez con “Luche la fe por el triunfo” de la Luisa Fernanda de Moreno Torroba hizo gala de técnica, belleza y entrega, dotando a la pieza de gran intensidad dramática. Los dúos de La revoltosa y La del manojo de rosas fueron, probablemente, lo mejor de la tarde –a juzgar, entre otras cosas, por los tímidos canturreos que se escuchaban entre el patio de butacas– a excepción, quizá, de la romanza “Sasibil, mi caserío” de El caserío de Jesús Guridi que Juan Jesús Rodríguez regaló como propina a un público totalmente entregado a la zarzuela; y es que, cuando se hace con esta calidad, nada tiene que envidiar a la ópera.
¿Será ésta la puerta para que ABAO añada, si no uno por temporada, al menos sí un título de zarzuela de vez en cuando en su programación? Ojalá, porque la zarzuela también se merece algo del cariño que ABAO demuestra siempre por la buena lírica. Y algunos lo estaremos esperando con los brazos abiertos.